¿Procrastinar? Lo siento, no entra en mis planes

Como cada mañana me he levantado temprano. He desayunado con mi Príncipe Rana, y a presto, he apresurado a prepararme los aperos para el día.

Salía por la puerta de casa, cuando se me cayó al suelo una de las mochilas.

Moly, espera que te ayudo- me ha dicho mi Príncipe mientras me tendía una mano.

Gracias Príncipe. Dame las llaves de Silencio que están en la mesa del comedor- le he pedido.

Aquí tienes, lleva cuidado- me ha dicho amablemente.

Me voy que llego tarde. Un beso de fresa- le he dicho cruzando el portal hacia la escalera.

El día ha transcurrido como otro cualquiera, y he llegado a casa bastante tarde. Mi Príncipe me esperaba para nuestra habitual tertulia nocturna.

Así que cuando me ha visto llegar, ha empezado a interrogarme.

Moly, esta mañana me he quedado pensativo- me ha dicho- y ahora al verte llegar, mis dudas se han vuelto a reiterar.

¿Si? ¿y cuáles son dichas dudas?¡Sorprendeme!- le he pedido de modo alegre, no tenía ni la mas remota idea de lo que se le pasaba por la cabeza.

Esta mañana he observado que salias cargada, con tres mochilas. He hecho memoria y es tu rutina, también he contemplado como llegas a la noche del mismo modo, y para mas inri, a estas horas tienes que volver a deshacer y hacer mochilas.- me ha comentado.

Bueno, veo que observas bien- le he dicho riendo- ¿y que dudas te puede producir eso?

Pues que no entiendo como no te cansas, a mi me da pereza sólo de verte. Además- ha dicho cogiendo una de mis maletas- con todo lo que pesan, ¿qué llevas ahí?

Príncipe, llevo cosas para pasar el día fuera de casa, nada inusual: los libros de la universidad, la tablet, la mochila del gimnasio, los enseres para la tienda... no se, mis cosas.- no entendía muy bien el interés de mi Príncipe, para mi es lo básico. Aquellos recursos que utilizo a diario.- ¿te parecen muchas?

No, no es eso. - me ha dicho de forma natural.

¿Y entonces que es?- he querido que me concretara.

Es que, es un día con otro, y lo veo pesado. Aunque sean tus cosas, tienes que prepararlas, es decir, elegir las que necesitas, distribuirlas a ver en que mochila van y también, cargar con todas a la vez. - me ha contestado.

Es cierto que es un poco follón , que a veces llego y no tengo ganas de mediar con esos menesteres, pero no importa, al día siguiente madrugo algo más y ya esta- le he dicho.

¿Ves? pero tienes que madrugar más, sigue siendo un esfuerzo- me ha señalado.

Que va...- le he dicho un gesto de despreocupación- Eso que dices no es más que a ti te encanta aplazar, y ya sabes que procrastinar, lo siento, pero no entra en mis planes.

Mi Príncipe ha declinado a decir nada, porque sabe como se las gasta.

¿Quieres saber lo que es realmente agotador y complicado?- le he preguntado a sabiendas que la respuesta iba a ser afirmativa.

Si, a ver...- me ha dicho.

Salir todos los días con tres mochilas es fácil, prepararlas inclusive más, cuando regularmente todos los días necesitas las mismas cosas para realizar tu rutina. Cargar con ellas, es cosa sencilla, además el coche suelo tenerlo cerca, son cinco minutos.

Lo que realmente es agotador y complicado es levantarte todos los días con la convicción de que vas a poner todo tu empeño y acción en salir a la calle a luchar por tus sueños.

En que no te vas a dejar llevar por la extenuación ni la pereza, en que vas a coger tu ilusión y alegría, y que junto con esas tres mochilas las vas a preparar día a día para que no decaiga la motivación.

Después de esto, salir todos los días cargada con las mochilas no parece nada.- me ha dicho sonriendo.

No tiene ningún mérito- le he guiñado un ojo cómplice.





Hagamos una cosa Moly- me ha propuesto- Prepara tu mochila para mañana, y yo mientras preparo la cama para irnos a dormir.

Genial. Dame diez minutos que vuelvo- le he contestado agradecida.

Y es que, nadie dijo que fuera fácil. Francamente todo el mundo puede hacer lo que se proponga. La diferencia entre unos y otros es la constancia, la cual necesita de mucha motivación y más acción aún si cabe.

Salir todos los días de casa dispuesto a realizar aunque sea un pequeño acto que nos acerque a nuestros objetivos.

Decir que no podemos es una excusa demasiado inverosímil, quizá no para los demás pero si para nosotros mismos.

Por norma general, cuando alguien consigue lo que quiere, tendemos a creer que es por suerte, es habitual escuchar que Fulanito o Menganito tiene suerte.

No. Fulanito o Menganito lo que tienen es constancia. Tienen las ideas claras, luchan , se esfuerzan por conseguir lo que quieren. Y, mientras que unos muchos les dicen que no pueden, mientras otros tantos balbucean que tienen suerte porque no sé qué... ellos se dedican a sus cosas, se centran en sus objetivos y ponen toda la pasión y corazón en ello.

Moly, ¿te queda mucho?- he oído decir a mi Príncipe.

No, ya estoy aquí.- me he quitado la bata y me he metido en la cama.

Buenas noches- me ha dicho y me ha dado un abrazo.

Buenas noches Príncipe,un beso de fresa- y en esta ocasión se lo he dado.

Moly, ¿un beso de fresa qué es?- me ha preguntado de ipso facto- Siempre lo dices, y hasta hoy no me lo habías dado, pensé que era un decir por decir.

Príncipe por hoy ha sido suficiente, pero prometo que mañana te lo cuento. ¡A dormir!


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