Estaba mi Príncipe en la ducha
cuando entre al baño de un modo bastante particular.
Llevaba el móvil en el
bolsillo de la bata de casa y los auriculares puestos, además iba descalza
dando saltitos y con un algodón mojado en betadine en la mano.
Al abrir la puerta ha caído al suelo
el pijama de mi Príncipe, a lo que este me ha llamado la atención al instante.
Moly, lleva más cuidado. Me vas a
mojar el pijama, anda.- me ha dicho.
Ay lo siento, uf no veas como duele-
le he dicho sin aclarar más.
Pero, ¿qué te ha pasado? ¿cómo
vienes?¿es qué no puedes hacer una cosa y luego otra?- me ha dicho algo serio.
Pues que ayer me compre unos
zapatos, hoy los he estrenado y me han dejado los pies destrozados ¡no veas
como escuece! – le he dicho con gesto quejumbroso.
Ay, si es verdad, pero siéntate no
te quedes así.- me ha dejado libre la taza del váter para que descansara. Sin
decir nada, me ha tocado la herida.
Ay, pero no toques que me duele- le
he reprendido.
Bueno, ¿pero qué tiene que ver todo
esto para que vayas así?- me ha preguntado.
¿Así cómo?-no entendía lo que me
preguntaba, así que me he mirado a ver si llevaba algo, pero iba con mi pijama,
en bata de casa, vamos normal.
Pues haciendo cuarenta cosas a la
vez- ha exagerado.
Anda, que va… solo es que se me
pasaba el plazo para entregar las tareas del curso on-line, y he decido
escucharlo mientras que me ordenaba el perchero, entonces me he acordado que
tenía que curarme los pies y me he venido al baño.- le he contado.
Ya, pero ¿es que no puedes hacer las
cosas una tras otra? Así estas en todo y no estás en nada- me ha acusado.
Es que llevo prisa, que quiero
terminar de ver un documental- le he contestado.
Moly, te estas dejando llevar por la
dispersión. Y así, no estás centrada en lo que haces, vas a lo loco- ha seguido
con su discurso.
Bueno, por esta vez tienes razón. El
curso está muy bien y debería prestarle más atención a los vídeos, pero en
defensa de la dispersión te añadiré que a veces es necesaria y útil.- le he rebatido.
¿Si? A ver, dime un caso- ha querido
poner a prueba mi defensa.
Por ejemplo, hace unos meses empecé
a ir al gimnasio pero me resultaba aburrido. Una hora en las máquinas centrada
en el ejercicio físico, uf, no veía pasar los minutos del contador. No
obstante, cuando estoy en la elíptica me evado pensando en otras cosas, a
veces me pongo documentales, otras música y otras tantas seminarios sobre
alguna materia que me interese, así se me hace más leve el esfuerzo.- le he
dicho.
Venga, ese ejemplo se entiende
pero pocos más habrán. Actualmente tendemos hacer muchas cosas a la vez, pero a
prestar atención real a pocas- me ha vuelto a repetir.
A ver, otro más, cuando estoy
estudiando y no me agrada la materia, continuamente me evado pensando cómo podría asociarlo a algo de mi interés para que me resulte más fácil- le he completado la explicación.
Moly, eso suena a excusa- me ha
dicho riéndose.
Príncipe, la dispersión es válida
dependiendo de la ocasión- le he dicho sonriendo.
Ahí tengo que darte la razón, Moly.-
ha coincidido.
¿Y qué te parece si celebramos esta
coincidencia con un té y una buena lectura?- le he propuesto risueña.
Me parece que vayas preparando el té
mientras termino, enseguida subo con el libro.
Estupendo, hoy eliges tú.- le he
indicado.
Hoy toca… Para tocar
el cielo- me ha dicho.
Pues entonces da por concluida la
dispersión, este libro merece toda mi atención.- le he
contestado.
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