Ya habíamos terminado de cenar y me dirigía a lavarme los dientes cuando me dí cuenta de que tenia el cepillo en la mochila que llevo siempre a mano.
Príncipe- le he dado una voz
Dime Moly, ¿qué te pasa?- ha acudido ipso facto a mi llamada.
¿Me puedes traer mi bolsa de mano? Esta en la mochila rosa de diario- le he indicado.
Claro que si, vengo ya- me ha dicho muy dispuesto.
Mi Príncipe no tardaba ni medio minuto en volver, y no solo lo hacía con mi cepillo de dientes sino que con una de sus preguntas tan curiosas.
Moly, ¿de dónde proceden los reyes?- me ha soltado de repente, menos mal que ya me había enjuagado la pasta de dientes porque sino me la trago.
Pues los nuestros, los Borbones de Francia y la reina Sofía de Grecia, ¿por qué?- le he dicho.
No, no me has entendido.No me refería a eso, sino a que ¿de dónde les viene el título en cuestión, osea, por qué sus antepasados por ejemplo eran reyes? - me ha preguntado tan curioso como de costumbre.
¡ah! Comprendo, pues según tengo entendido, los Reyes eran enviados de los Dioses en la tierra, una divinidad vamos. Incluso antaño, no tenían que dar cuentas a nadie, tan sólo a Dios. De hecho, la sociedad estaba dividida en estamentos: privilegiados (rey, nobleza y clero) y no privilegiados (el resto de estratos sociales: artesanos, comerciantes,campesinos y grupos marginales) - le he contado a mi Príncipe.
Pero Moly, lo que no logro comprender es qué tenían para ser elegidos, hoy día se trata de una sucesión pero en el pasado que tuvieron que tener para ser nombrados con tal título.- ha seguido haciendo preguntas mientras caminabamos dirección a la cocina.
Tierras, antes quién tenía tierras era quien tenía el poder, no obstante antes de los reyes, actualmente como conocemos la institución, ya habían jefes en las tribus. Así que supongo que será cosa del ser humano, hay quien necesita dominar y a quien le gusta ser dominado.- le he dicho y acto seguido he preparado dos tés.
A ver, que yo creo que algo se me escapa. Es necesario que alguien actúe de líder y que encauce la acciones y objetivos de la sociedad, pero aquí, por ejemplo, ya tenemos un presidente del gobierno elegido democráticamente ¿para qué queremos incluir una monarquía también? Sería un gasto más ¿no?- ha terminado para dar un sorbo a su taza.
Verás Príncipe, te podría contar otra vez aludiendo en su defensa su papel en el 23-F pero como es algo que también discrepo, te diré que yo tampoco lo entiendo. No llego a comprender por qué tenemos que mantener a una familia que tiene tal título "por gracia de Dios" y que encima han demostrado con hechos más que suficientes que menos a servir al pueblo se dedican a otras múltiples cosas de dudoso origen. Ya sabes: la caza ilegal, apoderarse de dinero ajeno y tal.- he contestado a mi Príncipe tras ofrecerle una ligera sonrisa.
Si, hoy ha salido la imputación a la Infanta Cristina en las noticias- me ha informado.
Hasta que no vea una sentencia justa, seguiré afirmando que nuestra justicia es injusta- le he dicho.
La constitución dice que todos somos iguales ante la ley, ya verás que se resolverá de la forma adecuada- me ha contestado.
Esto Príncipe es como la vida misma, la teoría es muy bonita pero la práctica es una cosa muy diferente, y aquí en cuanto a la ley, la teoría es equitativa e igualitaria pero la práctica deja mucho que desear.- he opinado abiertamente.
¿Sabes Moly? Podría hacer uso de muchos adjetivos para nombrar tal situación de nuestra sociedad, pero te diré que me parece cuanto menos triste.- me ha dicho pensativo.
Pues fíjate que yo tan siquiera encuentro adjetivo calificativo para expresar tal sentimiento- he dicho sin ánimo de ser exagerada.
¿Sabes para lo que no tengo yo adjetivo?- me ha dejado caer mi Príncipe tras mis palabras.
Que tengamos estas bonitas vistas- ha dicho señalando hacia la terraza las estrellas-y no les prestemos atención.
Espera que te acompaño- le he dicho mientras abría la puerta y salíamos juntos.
¿Ves esa estrella de ahí? - me ha indicado señalando al cielo.
Si, ¿por qué?- ahora la curiosa he sido yo.
Porque es mi favorita, me encanta, tiene un brillo especial. Además siempre esta ahí, iluminando y constate.- me ha confesado.
¿Así como tu? - le he preguntado.
¿Cómo yo? - ha preguntado estupefacto.
Si, como tu. Siempre iluminas mis días con tu alegría y eres constante en ellos- le he hecho saber.- ¿y tiene nombre esa estrella?
No, la verdad es que no había pensado en tal cosa.- me ha contestado honestamente.
Pues si te parece bien ya tengo uno para ella, Príncipe. ¿te gusta?- lo he visto sonreír.
Es muy bonito, me parece perfecto- me ha contestado.
Así en silencio y visualizando nuestra estrella nos hemos quedado un buen rato, disfrutando del paisaje.
Porque puede que no estemos de acuerdo con muchas cosas, porque puede que no comprendamos o compartamos otras tantas, pero entre una cosa y otra, de lo que nunca nos olvidamos es de compartir.De compartir alegrías, sonrisas, sueños, historias pero sobre todo AMOR.
Príncipe- le he dado una voz
Dime Moly, ¿qué te pasa?- ha acudido ipso facto a mi llamada.
¿Me puedes traer mi bolsa de mano? Esta en la mochila rosa de diario- le he indicado.
Claro que si, vengo ya- me ha dicho muy dispuesto.
Mi Príncipe no tardaba ni medio minuto en volver, y no solo lo hacía con mi cepillo de dientes sino que con una de sus preguntas tan curiosas.
Moly, ¿de dónde proceden los reyes?- me ha soltado de repente, menos mal que ya me había enjuagado la pasta de dientes porque sino me la trago.
Pues los nuestros, los Borbones de Francia y la reina Sofía de Grecia, ¿por qué?- le he dicho.
No, no me has entendido.No me refería a eso, sino a que ¿de dónde les viene el título en cuestión, osea, por qué sus antepasados por ejemplo eran reyes? - me ha preguntado tan curioso como de costumbre.
¡ah! Comprendo, pues según tengo entendido, los Reyes eran enviados de los Dioses en la tierra, una divinidad vamos. Incluso antaño, no tenían que dar cuentas a nadie, tan sólo a Dios. De hecho, la sociedad estaba dividida en estamentos: privilegiados (rey, nobleza y clero) y no privilegiados (el resto de estratos sociales: artesanos, comerciantes,campesinos y grupos marginales) - le he contado a mi Príncipe.
Pero Moly, lo que no logro comprender es qué tenían para ser elegidos, hoy día se trata de una sucesión pero en el pasado que tuvieron que tener para ser nombrados con tal título.- ha seguido haciendo preguntas mientras caminabamos dirección a la cocina.
Tierras, antes quién tenía tierras era quien tenía el poder, no obstante antes de los reyes, actualmente como conocemos la institución, ya habían jefes en las tribus. Así que supongo que será cosa del ser humano, hay quien necesita dominar y a quien le gusta ser dominado.- le he dicho y acto seguido he preparado dos tés.
A ver, que yo creo que algo se me escapa. Es necesario que alguien actúe de líder y que encauce la acciones y objetivos de la sociedad, pero aquí, por ejemplo, ya tenemos un presidente del gobierno elegido democráticamente ¿para qué queremos incluir una monarquía también? Sería un gasto más ¿no?- ha terminado para dar un sorbo a su taza.
Verás Príncipe, te podría contar otra vez aludiendo en su defensa su papel en el 23-F pero como es algo que también discrepo, te diré que yo tampoco lo entiendo. No llego a comprender por qué tenemos que mantener a una familia que tiene tal título "por gracia de Dios" y que encima han demostrado con hechos más que suficientes que menos a servir al pueblo se dedican a otras múltiples cosas de dudoso origen. Ya sabes: la caza ilegal, apoderarse de dinero ajeno y tal.- he contestado a mi Príncipe tras ofrecerle una ligera sonrisa.
Si, hoy ha salido la imputación a la Infanta Cristina en las noticias- me ha informado.
Hasta que no vea una sentencia justa, seguiré afirmando que nuestra justicia es injusta- le he dicho.
La constitución dice que todos somos iguales ante la ley, ya verás que se resolverá de la forma adecuada- me ha contestado.
Esto Príncipe es como la vida misma, la teoría es muy bonita pero la práctica es una cosa muy diferente, y aquí en cuanto a la ley, la teoría es equitativa e igualitaria pero la práctica deja mucho que desear.- he opinado abiertamente.
¿Sabes Moly? Podría hacer uso de muchos adjetivos para nombrar tal situación de nuestra sociedad, pero te diré que me parece cuanto menos triste.- me ha dicho pensativo.
Pues fíjate que yo tan siquiera encuentro adjetivo calificativo para expresar tal sentimiento- he dicho sin ánimo de ser exagerada.
¿Sabes para lo que no tengo yo adjetivo?- me ha dejado caer mi Príncipe tras mis palabras.
Que tengamos estas bonitas vistas- ha dicho señalando hacia la terraza las estrellas-y no les prestemos atención.
Espera que te acompaño- le he dicho mientras abría la puerta y salíamos juntos.
¿Ves esa estrella de ahí? - me ha indicado señalando al cielo.
Si, ¿por qué?- ahora la curiosa he sido yo.
Porque es mi favorita, me encanta, tiene un brillo especial. Además siempre esta ahí, iluminando y constate.- me ha confesado.
¿Así como tu? - le he preguntado.
¿Cómo yo? - ha preguntado estupefacto.
Si, como tu. Siempre iluminas mis días con tu alegría y eres constante en ellos- le he hecho saber.- ¿y tiene nombre esa estrella?
No, la verdad es que no había pensado en tal cosa.- me ha contestado honestamente.
Pues si te parece bien ya tengo uno para ella, Príncipe. ¿te gusta?- lo he visto sonreír.
Es muy bonito, me parece perfecto- me ha contestado.
Así en silencio y visualizando nuestra estrella nos hemos quedado un buen rato, disfrutando del paisaje.
Porque puede que no estemos de acuerdo con muchas cosas, porque puede que no comprendamos o compartamos otras tantas, pero entre una cosa y otra, de lo que nunca nos olvidamos es de compartir.De compartir alegrías, sonrisas, sueños, historias pero sobre todo AMOR.

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