Pletórica llegaba a casa, y bajaba las escaleras en busca de mi Príncipe Rana, pues
si las desventuras las celebramos, las venturas aún más.
Mi Príncipe estaba tecleando mi tablet, cuando yo he le
interrumpido alegremente.
Ay, Príncipe, estaba esta tarde con las tareas laborales
cuando de repente he recibido una llamada, Ana, mi compañera de clase,
portadora de buenas noticias.- le he dicho con una sonrisa de oreja a oreja.-
Han salido las notas de la última asignatura que me quedaba por saber, he
aprobado todo.
Enhorabuena, Moly- me ha dicho mi Príncipe- Con razón estás
tan contenta, esas noticias siempre son bien recibidas.
Para ser sincera son la recompensa de un trabajo duro y
mucha, muchísima constancia. Y tú, ¿qué hacías?- he querido saber.
Estaba leyendo unas cosas en internet, ¿sabías que hoy es el
Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto? –
me ha comentado.
Ah, sí es cierto, algo he leído en la prensa esta mañana,
pero se me había olvidado.- le he dicho.
La verdad es que no se dé que sirve que se les dedique un
día así, la mayoría han muerto ya, y el daño es irreversible. A esas personas
no se les puede devolver la vida, ni tampoco extirpar el dolor al que han sido sometidos- me ha dicho mi
Príncipe algo reflexivo.
Yo estoy contigo Príncipe, en todo menos en lo que no sirve
de nada que se les dedique un día, ahí
discrepo. – le he contestado.
¿A qué se debe tal discrepancia?- ha querido saber él.
Pues a que creo que si es fructífero que se les dedique y
conmemore en un día en especial. Como tu bien aprecias, no se les puede
devolver la vida, ni borrar su sufrimiento, pero ese día no es para ellos sino
para nosotros.
Moly, creo que estás equivocada, ¿recuerdas que es en
conmemoración de las víctimas del holocausto?
Claro que si Príncipe, pero somos nosotros quienes que
tenemos que recordar que eso paso, que está mal, que fue un horror y una
atrocidad, y sobretodo que no se puede volver a repetir. Es inadmisible cualquier
tipo de apoyo a regímenes a favor del genocidio.- le he argumentado.
Esa perspectiva es muy interesante, es muy importante
concienciarse. Aunque yo lo que no termino de comprender es como muchos de
ellos lograron sobrevivir, yo en tales circunstancias no hubiese durado con
vida mucho tiempo- me ha dicho.
Eso no lo sabes, Príncipe, y espero que nunca lo sepas.
Aunque a mi parecer, y con lo poco que puedo empatizar, ya que nunca me he
encontrado en una situación igual, podría ser cosa de disciplina.- he intentado
ponerme en situación.
Pero, ¿disciplina? No creo Moly, no sé, por más disciplina
de la que hagas uso, no se curan heridas con disciplina, no se pueden pasar
24horas de actividad laboral a latigazos con disciplina, además, tampoco se
alimenta uno de disciplina.- me ha rebatido.
La disciplina, Príncipe, se puede aplicar en muchos ámbitos
y sectores. Yo te hablaba de la auto-disciplina impuesta en el pensamiento, esas
personas se prohibían pensar en negativo, pensar que iban a morir, pensar en
que tenían que pasar un día tras otro encerrados en un lugar tan hostil y con
unas condiciones precarias- le he explicado- La disciplina de pensar, en
positivo, de tomar aliento de cualquier pequeño acontecimiento, de sobrevivir.
Desde luego que para mí, todas esas personas, tanto las que
lograron seguir con vida y las que no, fueron auténticos luchadores. – me ha
dicho- No imagino un solo día en un lugar como los campos de concentración,
cómo tendría que ser allí el trascurso de un día.
Quizá, y tan sólo quizá, porque como te he dicho es difícil de
saber, hacían como nosotros ahora: te pones un objetivo y con mucha disciplina
solo dejas entrar en tu mente pensamientos positivos que hacía el te
orienten. Se ponían el objetivo de
sobrevivir un día más, y así día tras día…- he intentado reconstruir.
Tiene que ser duro Moly, por más que digas que es
disciplina, que es por tu bien. Tiene que costar mucho, obligar a tu cuerpo a
funcionar, borrar el terror, el miedo…- me ha dicho.
¿Sabes lo que es realmente duro? No luchar por tus
objetivos, no luchar por tus metas, no luchar por tus sueños, eso sí que acaba
con tu vida, eso sí merma tu persona. La disciplina siempre nos trae una enorme
recompensa, ya que, al esforzarnos para conseguir las cosas las valoramos mucho
más.- le he contestado, esto último ya fuera de contexto, porque claramente estas personas estaban retenidas de una forma ilegal, aquí el que valorarían más su vida después de haber estado en el Holocausto sería decir una burrada dantesca e inmoral.
Es que a la palabra disciplina le pasa como al vocablo
estudiar, que están connotados negativamente en la sociedad- ha opinado mi
Príncipe.
No puedo estar más de acuerdo contigo Príncipe, pero la
disciplina es como todo: “en su justa medida es perfecta” , ¿qué te parece si
hoy trasnochamos viendo una peli?- le he propuesto.
Me parece que ahora mismo quiero saltarme las reglas- me ha
sonreído- eso sí, tú eliges hoy.
Hoy a medias, Alacrán enamorado, un poco de contexto
histórico nazi que me gusta a mi y un poco de amor que te gusta a ti ¿qué me
dices?- le he dicho.
Que yo preparo el dvd- me ha contestado.
Yo apago la luz- le he dicho- al sofá.

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