¡Anotar y crear!


Disfrutaba del olor a tierra mojada leyendo un libro en el jardín. La lluvia ya había cesado e impregnaba con su esencia el ambiente. Para ser franca los días de lluvia no me suelen agradar pero este tenía algo diferente, y es que, anunciaba un cambio. El verano había concluido y daba paso a un otoño lleno de venturas.

“Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo” ¡toma ya! Una de física cuántica para variar. Apunto maneras, lo sé. Aunque reconozco que tenía que releer de cuando en cuando algunas líneas porque esto de la cuántica pueda parecer cualquier cosa pero no lo es.

Mi Príncipe Rana estaba de zafarrancho en la Villa. En unos días volvíamos a la capital, había que dejarlo todo recogido, y en estos casos ya se sabe que “el por si…” suele hacer estragos y al final acabamos cargados como mulas.

¾     Moly, ¿dónde has dejado la mochila de los libros?- interrumpió mi lectura.
¾     ¿Eh?¿ el qué?- pregunté habiendo escuchado su pregunta a medias.
¾     Que estoy vaciando el cajón de los libros y te preguntaba que dónde habías dejado la mochila donde has echado ya los tuyos- me repitió.
¾     Ah, pues está al lado de la litera. Es esa rosa y marrón. Ahí deben de cogernos todos.
¾     Vale, voy a ver…- me dijo mi Príncipe y se fue a seguir sus tareas.

Pasaron unos minutos cuando me volvió reclamar, pero esta vez no asomó la cabeza por la ventana sino que salió al patio y además portaba en las manos un cuaderno.




¾     Moly…-me dijo.
¾     Dime…. “pesadillas” – le dije con dejadez. Es mi modo de decirle pesado con cariño, y es que tengo mi teoría de que intuye cuando voy a ponerme a leer para ponerse a preguntar.
¾  Estaba guardando los libros y he encontrado esto- señaló la libreta amarilla que sostenía en sus extremidades.
¾     ¡Anda! No me acordaba ya de ella…- dije sorprendida.
¾     ¿Qué es?¿es tuya?- comenzaba así su habitual interrogatorio.
¾     Claro que es mía ¿de quién si no? – sonreí- Es mi libreta de objetivos de Moly. A ver acércamela…

La abrí y leí de un vistazo lo que había escrito meses atrás. Una vez más sonreí, solo que esta vez me resultó inevitable borrar dicha curva de mi cara.

¾     ¿Me puedes explicar qué es eso de los objetivos de Moly?- apuro a decir mi Príncipe.
¾   Es algo que puse en práctica hace un tiempo. Se trata de anotar por escrito aquellas cosas que queremos hacer. Según he leído en varios sitios, al escribirlo tu subconsciente lo retiene y trabaja involuntariamente en ello.
¾    Esto Moly… eso que dices suena muy idílico- prosiguió- Suena muy  a autoayuda tipo Francesc Miralles o Álex Rovira.
¾  Jajaja ay… qué malo es conocerse… eso es un ataque gratuito. Qué sepas que funciona…
¾     ¿Ah sí? …
¾     ¿No has abierto la libreta?- lo mire desafiante.
¾     He leído algo por encima pero no he querido invadir tu espacio.- contestó.
¾     Pues tienes permiso… abre y lee.- dije.

No había terminado de pronunciar las palabras cuando mi Príncipe ya tenía la vista fija en mis letras.
Yo no le quitaba la vista de encima y el leía con asombro. Cuando finalizó solo balbuceó:

¾     Bueno… es curioso…
¾     ¿Solo eso? Reconoce que por lo menos parece práctico.- metí el guisque.
¾     Puede ser coincidencia, además si lo anotas es porque tu ya sabes que quieres eso…lógico es que trabajes en ello.
¾    Jajaja ¡no hay manera!¿has visto nuestro blog ahí?- le pregunté.
¾    Si lo he visto.
¾    Y aquí seguimos ¿no?
¾    Claro, unas veces más activos y otras menos pero aquí estamos.
¾  Vamos a hacer una cosa, mira- cogí un bolígrafo y abrí la libreta. Empecé a tachar todos aquellos objetivos que ya había logrado.
¾     Y ese también- señalo mi Príncipe.
¾     No ese no, aún no lo he hecho.
¾     Pero te vas el domingo, ¿no?
¾     Sí, pero todavía no me he ido.
¾     Estas a un paso…- me dijo.
¾     Ya, pero no lo he hecho. Como decía mi profesor de filosofía “Lo que no hagas ya, en este mismo momento, no es seguro que lo puedas hacer”…prefiero apuntarme el tanto tras haberlo conseguido.
¾    Tu tan “Carpe diem” como de costumbre…
¾    Y tu tan fanfarrón como siempre…
¾    Se me acaba de ocurrir una idea ¿estarías dispuesta a ayudar a este fanfarrón?
¾     Será un placer- solté en tono jovial- ¿Qué necesita el caballero?
¾   Que me ayudes a hacer mi lista de objetivos- me miró con “carita de ángel” como suele decir mi hermano Quino, más conocida la expresión como “con cara de no haber roto un plato en su vida”
¾  Pues me lo voy a tener que pensar porque estas cosas de “frikis”…. Que no, es broma…te ayudo encantada.- y me di una palmada en el regazo haciendo el amago para que viniera.

Mi Príncipe cogió lápiz y papel y empezó a escribir. Estuvimos un buen rato intercambiando opiniones, hablando de futuro y de ilusiones.

¾    ¿Este lo dejo o la quito?- me señalo un objetivo
¾  Eso no te lo puedo decir yo, son tus objetivos… tienes que elegirlos tu. Eso sí, te advierto-puse tono serio- que es anotar y crear.- reí.
¾   Moly eres un caso.
¾    ¿Resuelto o sin resolver?
¾     No sabe, no contesta- me respondió riendo.

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