¿Perderse? ¡A veces es la mejor forma de encontrarse!

Ya habían pasado cerca de dos meses desde mi llegada. Mi Príncipe Rana había disminuido sus interrogatorios pero aún así me era imposible evitar sus cuestionarios de tercer grado.

Había conseguido dormir de seguido, cosa que se resultaba difícil hasta hace unas semanas. Me iba a la cama como el que sale a hacer la compra… por pura obligación, además a deshoras ya estaba despierta buscando algo que hacer.

Normalmente intentaba no hacer mucho ruido y me ponía las bambas y salía a correr, supongo que inconscientemente echaba de menos las largas caminatas por aquellos lugares del norte. Donde escuchar el silencio o parlotear con “la banda” se convirtió por un mes en mi rutina.

Volví a casa y no eran más de las seis y media. Bajaba las escaleras derechita a la ducha cuando mi Príncipe Rana me hizo un gesto.

¾    Sh… a tu hermana aún le quedan cinco minutos.

¾    Ah…vale. Pues mejor me espero no se los quiero fastidiar ¿un café mientras?- le propuse.

¾    Me parece genial- dijo y me siguió hasta la cocina ¿Cuándo vas a parar de hacer esas cosas?- me preguntó.

¾    ¿Qué cosas? – dije despreocupada mientras me lanzaba sobre él para darle un abrazo.

¾    Pues levantarte a las cuatro de la mañana, salir por ahí a andar tantas horas y bueno, lo de la manía de la limpieza de la casa no te digo nada porque Irene tiene que estar encantada.- me hizo una mueca.

¾    Jajaja pues tengo que aprovechar ahora que tengo este “guisque” que no me deja estar quieta- me reí- pero no sé, supongo que no me durará mucho. O eso espero, porque aunque me guste no llevo nada bien eso de no poder concentrarme. No lo puedo evitar, necesito hacer cosas, sobre todo físicas porque me encuentro con energía.

¾    ¿Y lo de pasar de todos?- preguntó como quien no quiere.

No necesite más de tres segundos para encajar la pregunta. Lo sabía. Había vuelto cambiada. Me sentía llena de vida y alegría, desbordada de vitalidad. Tan feliz que me era imposible estar a malas con nadie, incluso buscaba aquellas personas con las que tenía algún conflicto abierto para solventarlo. No había plan que se me resistiera, por loco o raro que fuera. Me miraba en el espejo y podía ver el brillo en mis ojos. Me encontraba bien, realmente estupenda y eso se notaba. Cierto, estaba ensimismada en mi mundo.

¾    Ay Príncipe, sé que estos días he estado en mi pompa pero entiende es la emoción del momento. Tengo que acostumbrarme otra vez a la rutina, la verdad que tengo un dilema. La cabeza me da vueltas, me siento tan chispeante como hace mucho tiempo que no me sentía pero por otro lado creo que a veces me olvido hasta de algunos de mis valores tan solo por estar enjugascada y actúo de un modo que no me termina de gustar. Hago como que eso no va conmigo. Evito meditar sobre ello, y eso no es propio de mí, o por lo menos hasta hace unos meses no lo era - me sincere ¿quién mejor para hacerlo que con mi fiel confidente?

¾    Moly creo que deberías de encontrar un equilibrio, porque has vuelto y teniéndote tan cerca te siento más lejos que cuando no estabas- me dijo.

¾    Lo sé Príncipe, lo sé. Yo también lo noto, lo que pasa es que me siento desubicada. Han sido muchas emociones y trato de asimilarlas, ordenarlas…de intentar coger lo bueno y desechar aquello que no es útil ¿entiendes?

¾    Creo que sí, pero tengo miedo a que no vuelvas a ser la misma- me miró abriendo sus ojos exageradamente.

¾    Príncipe, es solo que me encuentro perdida pero eso no es malo porque perderse a veces es la mejor forma de encontrarse. Y ¿cómo es eso de que no voy a ser la misma? Pues claro que no, es inevitable después de haber visto algo más de mundo ser la misma.- le conteste.

¾    Jo, yo te echo de menos.- balbuceó.

¾   Pero eso no es malo, Príncipe. Eso es genial, no voy a ser la misma porque lo he experimentado espero que me sirva para cambiar… a mejor ¡por supuesto!- lo miré sonriendo.

¾   Eso suena bastante bien, y espero que así sea- me devolvió la sonrisa-¿Pero entonces que tienes planeado?

¾    “Usar protector solar”-respondí.

¾    ¿Protector solar? Ya estas desvariando,¿qué tiene que ver eso ahora,Moly?. Pero eso es en verano, y además tu nunca te echas…- me miro extrañado.


¾    Pues a partir de ahora en verano, invierno, primavera y otoño…¡Siempre usaré protector solar!-le dí un beso de fresa y le dije- Mira:



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