¿Ser o parecer? Tu eliges.



En ocasiones hay cosas que nos gusta hacer o ver, ya no solo por lo que son sino por lo que nos recuerda.

Raro pero cierto soy fan de la mítica serie de RTVE, “Curro Jiménez”, su argumento me parece muy curioso y he investigado varios aspectos de la misma, pues está basada en hechos reales.

Deshaciéndonos de estos factores, no es usual que alguien de mi edad este tan al día en este ámbito. Cierto es, que esta serie me embriaga de nostalgia.

Recuerdo esa musiquilla de fondo y las tertulias con mi abuelo sobre las hazañas de nuestro bandolero predilecto, creo que habré visto la serie completa un par de veces con él. Su capítulo favorito era el que sale una joven Isabel Pantoja y un travieso estudiante la intenta conquistar.



Sonaba de fondo la cabecera de Curro Jiménez y se vislumbraba al mismo galopando con su caballo.

Mi Príncipe Rana me interrumpía antes de que acabara la escena.

Moly, no me puedo creer que estés viendo eso- me criticó.

No lo estoy viendo, lo voy a ver si me dejas, que la carne de rana no trasparenta- le dije haciéndole muecas.

¿O sí? – y empezó a bailar por delante de la televisión.

Jaja ¿te quedas a verlo? ¿o hasta luego cocodrilo?- le dije mientras terminaba la entradilla.

Que va, me voy a hacer algo que me guste, esta serie no me gusta nada. Me aburre.- me dijo.

Venga… pero quita- le dije insistente.

Bueno… me quito ya. Me voy a darme una vuelta luego vuelvo- me comentó.

Y yo me quedé tranquilamente sumergida en mi nostalgia y disfrutando de esa sensación.

Un par de horas más tarde, llegaba mi Príncipe Rana. Entre tanto, hablaba con mi hermana cosas de la serie, ambas la conocemos bastante.

¿Y sabías que  Curro tenía una enamorada?- le comentaba.

 No, yo lo recuerdo por ahí de pica flor- me contestó mi hermana.

Eso después, pero cuando comienza y lo destierran es porque tiene una enamorada, Luisa, y el hijo del alcalde también la pretende, así pues, le tiende una treta a Curro para que tenga que irse.- le conté a Irene, mi hermana.

Hola chicas, ya estoy aquí- entró mí Príncipe Rana a la cocina.- ¿qué hacíais?




Estábamos hablando de Curro Jiménez- le dijo Irene.

Ah…¿y qué hablabais?- quiso saber él.

Pues de que tenía una enamorada antes de tener que partir de Cantillana, una tal Luisa según Moly- le dijo esta.

Ostras, ¿pero vuelve a salir en la serie? Yo la he visto alguna vez con tu 
hermana y esta chulísima- prosiguió este.

Atónita. Estupefacta. Perpleja. Sorprendida lo dejé estar y me fui a ducharme, mientras que ellos entablaban conversación en torno a la serie.

Al rato, yo ya estaba preparada para dormir cuando mi Príncipe vino a ocupar su lugar en el lecho.

Ay Moly estoy reventado, ¡que sueño!- me comentó bostezando.

Oye  Príncipe antes de que te duermas, ¿te puedo hacer una pregunta?- le dije con algo de desdén.

Sí, claro ¿qué es, Moly?- me preguntó.

¿Por qué has mentido? Quiero decir, ¿por qué a mí me dices que no te gusta algo y luego haces como que sí?- le cuestioné.

Am, vale…eso… pues no sé, es que contigo tengo confianza para decir lo que pienso, y además os he visto tan compenetradas y entusiasmadas hablando del tema, que me ha dado apuro contradeciros.- me contestó.

A ver, Príncipe, tu puedes no tener confianza pero por ello no debes de aceptarlo todo, con respeto y educación cada cual puede decir lo que piensa. A Irene y a mí nos puede gustar algo y a ti no, eso es muy respetable.- le dije.

Ya, y no sé, es que también he pensado que si decía que no me gustaba te iba a defraudar- me rebatió.

¿A defraudar? ¿Cómo es eso? – intenté procesar lo que me acababa de decir.

Sí, que como a ti te gusta tanto, yo pensé que también querías que me gustara a mí, y que te sentirías mal si yo no actuó como tú lo esperabas- concluyó su explicación.

Hay que ver Príncipe que lío, es todo mucho más simple de lo que parece. Si a ti no te gusta lo dices y punto, no pasa nada, no tienes que pensar como crees que yo quiero que lo hagas y actuar de igual modo. A mí me gusta tal y como eres, cuando haces el ganso delante de la tele y me cortas el contacto visual, cuando remoloneas para que prepare yo el café y cuando también discrepamos sobre algún asunto o proceder ¿te he pedido yo alguna vez que actúes así o asá?- le dije más relajada y algo tierna.

No, no me lo has pedido nunca. Si ha sido una tontería, no pasaba nada porque hubiese dicho lo que pienso- me contestó.

A mí me gusta que seas tú, a veces dirás o harás cosas con las que no estaré de acuerdo pero serás tú mismo, serás autentico y eso es lo que realmente espero de ti. Ahora, el Príncipe que aparenta algo que no es, no me gusta, sinceramente.- le dije.

¿Por qué todos esperamos algo de cada persona, no?- me interrumpió.

Eso es muy relativo, pero yo creo que sí, que por más que digamos que no esperamos nada, siempre en nuestro fuero más interno lo hacemos, ¿y tu esperas algo de mí?- intenté dar juego para finalizar la charla y que esta acabara de modo risueño.

Si, espero que me des un beso de fresa y que mañana esto este olvidado- me siguió el rollo y me miro con cara de pillo

Jaja, pues eso es fácil de cumplir…¿no será que es lo crees que espero que esperes de mi? – hice redundancia.

Te puedo asegurar que no- me contestó con tono de sinceridad en sus palabras.

Y sin entrar en más platica que ya era tarde, le di su beso de fresa y nos acurrucamos para dormir.

Buenas noches Moly- me dijo.

Buenísimas noches, Príncipe- le conteste casi sin aliento,pues estaba rendida a Morfeo.

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